“Eternal Sunshine of the Spotless Mind” (2004)

Por Sebastián Maureira

A 16 años de su estreno, revisamos por qué nos sigue cautivando esta película.

Dirigida por el aclamado director francés, Michel Gondry, reconocido por su realización de videos musicales para Björk, RadioHead y Daft Punk entre otros. Es una de las película considerada “de culto”, y obtuvo el codiciado Óscar por Mejor Guión original.

¿De qué trata? Tenemos una pareja protagonizada por Kate Winslet y Jim Carrey, quiénes tras sufrir una decepción amorasa deciden borrarse los recuerdos que los unen, a través de un curioso procedimiento realizado por la empresa Lacuna Inc.

Pero nada de esto nos habla del poder de atracción del filme, podriamos decir que la dirección de arte, la creación permamente de imágenes, planos y secuencias, terminan por construir un mundo estético particular que envuelven al espectador. Los colores, la elección de una tonalidad de cabello particular para Clementine (Winslet) representando, cada etapa de su historia con Joel (Carrey), nos va guiando por la temporalidad del relato.

Inclusos los espacios se convierten en ambientes que narran la intensa relación de los personajes, desde su inicio hasta su inevitable muerte, preguntándonos si hay camino para segundas oportunidades. Al ritmo de Everybody’s Got To Learn Sometime de Beck, música compuesta por Jon Brion, nos sumergimos junto a los personajes, en el espacio de melancolía en un mundo de recuerdos por borrar.

Finalmente, lo que sucede, es que sin darnos cuenta, estamos en presencia de una radiografía de nuestras propias relaciones afectivas, y es así como, somos nosotros quienes estamos tendidos en el lago congelado viendo las estrellas, somos nosotros quienes nos hemos sentido protegidos con otro, en un hogar, cobijados por el más inmenso amor que existe; como también somos nosotros diciendo cosas horribles, queriendo pasar por alto rápidamente el proceso de duelo de ver morir ese amor, borrando nuestros recuerdos.

Porque seamos honestos, todos hemos borrado fotografías de nuestro Instagram al terminar una relación, como si por arte de magia, esa persona a la que amamos en nuestro sofá cama, nunca existió. ¿Será que el impulso de olvidar, incluso al punto de querer borrar nuestros recuerdos por evitarnos el sufrimiento, es más fuerte que ese lazo que alguna vez existió con otra persona? Quizás sí, quizás no, al menos Eternal Sunshine of The Spotless Mind seguirá cautivando a sus espectadores con la impecabilidad de su arte, su inolvidable musicalización, o su historia que nos hace revisar nuestras propias relaciones.

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