¿QUÉ TIENEN EN COMÚN ALICIA SILVERSTONE Y KATE WINSLET?
En 1993 la banda Aerosmith estrenaba su video «Crying», donde aparecía una chica, casi adolescente, a punto de lanzarse desde un puente, al parecer por problemas del corazón, mientras su exnovio intenta convencerla de que no salte, ella se deja caer. Finalmente era una broma, colgada de un cable, mira hacia arriba, sonríe, enseñando el dedo a cámara. Los 4 minutos que dura el video bastaron para que Alicia Silverstone con sólo 17 años, se convirtiera en un ícono de la cultura pop y uno de los mayores símbolos de los noventa.
Si bien Silverstone ya había realizado una película llamada «The Crush» con la que había obtenido algo de reconocimiento, fue gracias a la trilogía de videos musicales junto a Aerosmith que se convirtió en toda una RockStar. En 1995 protagoniza la cinta «Clueless», recibiendo premios a «Mejor Actuación Femenina» y «Actriz más Atractiva» en los MTV de 1996. Además obtiene un contrato por 10 millones de dólares con un estudio cinematográfico para que realizara sus propios proyectos bajo su productora First Kiss Productions, algo bastante inusual para la época, ese mismo año participa en las cintas; «The Babysitter», «Hideaway» y el drama «New World».
Alicia Silverstone fue la primera It Girl de los ’90, era la chica del lado, una especie de Lolita, que hizo que todos se enamoraran de ella, representaba todos los aspectos de la estética de la Generación X y la liberación ante el cambio de siglo, poniendo de moda los piercings en el ombligo, el puenting y la venganza femenina. Bautizada como la nueva «novia de América», todo hacía presagiar una carrera destinada al éxito.
En 1997, sería la nueva «BatGirl», en «Batman & Robin», de Joel Schumacher junto a George Clooney, Uma Thurman, entre otros, lo que sería un supuesto éxito de taquilla. Lamentablemente fue catalogada como la peor película del hombre murciélago, siendo el mayor objeto de burla, Alicia Silverstone tras sus radicales cambios de peso durante el rodaje, que hicieron detener durante un mes su participación para seguir una estricta dieta, que generó en ella aún más ansiedad, haciendo imposible cumplir con los estereotipos, se diseñaron varios trajes en diferentes tallas. La actriz fue rápidamente apodada «FatGirl», siendo víctima del más cruel BodyShaming, antes que él termino tuviese nombre, humillada por su sobrepeso, fue juzgada por los portales de la naciente internet, y acosada por los paparazzis: Alicia pasó de ser el ícono de reafirmación de los ’90 a la primera víctima por la obsesión de la imagen en los 2000.
Con sólo 21 años, la misma industria que la elevó, le dio la espalda. Sus siguientes proyectos no tuvieron respaldo por el público, ni la prensa. El estudio canceló el contrato millonario con su productora y lentamente se fue alejando de las luces, se había convertido en un chiste, castigada por ser una chica «demasiado normal».
El mismo año que se estrenaba Batman & Robin (1997), Kate Winslet se sumergía en la película «Titanic», que la convirtiera también en un ícono de finales de los noventa, interpretando una adolescente adinerada, que decide tirarse al mar agobiada por la presión de su vida, siendo interceptada por el personaje de Leonardo Dicaprio, quien evita la tragedia. La cinta de James Cameron fue todo un éxito y saco del anonimato a Kate, entregándole fama y reconocimiento mundial, al igual que Alicia Silverstone fue duramente criticada por su aspecto físico. Apodada «Weighty Katie» la prensa de la época se obsesionó con su talla, sus supuestas dietas, al punto de hacerla dudar si continuar o no con su carrera de actriz. «Fue muy duro leer todas las cosas que se escribían de mi con tanta maldad, tenía solo 22 años, tu cuerpo está cambiando constantemente, es una época sensible y vulnerable, tampoco veía actrices como yo. Recuerdo que hubo un comentario en particular que me dejó en shock que aseguraba que si yo hubiera perdido unos cuantos kilos seguramente Leo se habría salvado», señala la actriz.
A diferencia de Silverstone, Winslet logró revertir la situación, no sólo asumió, con ayuda de terapia sicológica, que la industria estaba obsesionada con los cuerpos perfectos, sino que además tomó la iniciativa de luchar contra tal imposición, burlarse de ella y de quienes caen en esa exigencia obsoleta, logrando que las nuevas generaciones de actrices tengan referentes diversos, que logren sentirse representadas, al igual que los espectadores. En mayo pasado, se estrenó su nueva serie «Mare of Easttown» en HBO, donde Kate interpreta a una mujer de 46 años, donde su cara y su cuerpo responden a su edad y procedencia, se embarcó como ha sido una constante en su carrera, en mostrar algo real, sin filtros, para ello estuvo involucrada en el vestuario, buscando alternativas que no favorecieran su físico, pidió que no hubiera retoque en su cara en los afiches promocionales y cuando le ofrecieron editar las escenas de sexo donde se veía abultada su barriga, su respuesta fue: «No te atrevas».
Tanto Alicia, como Kate son parte de uno de los errores de la industria audiovisual: La exacerbación de la delgadez y la juventud. El cuerpo para el actor es un instrumento para contar historias que no puede estar limitado a cánones de belleza obsoletos. Si bien, las cosas están cambiando, aún queda camino por recorrer.
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